Con un estreno limitado en Colima, llegó La Jaula de Oro, la más reciente ganadora al ariel por mejor película, a demás de muchos galardones al rededor del mundo.
Estamos ante una historia de la cual se han hechos muchas películas y documentales, inmigrantes que su objetivo es llegar a los Estado Unidos de América, en el camino vivirán cientos de aventuras que no se imaginaban y que les cambiará la vida.
Si bien, parte de este argumento, estamos ante una película que es explendida en su narrativa, fotografía y actuaciones, eso es lo que la hace diferente ante las propuestas similares que hemos visto en la gran pantalla, en un inicio, dos amigos deciden irse de Guatemala a los EUA, en el trayecto conocerán a Chauk, un indígena guatemalteco, su verdadero calvario iniciará en territorio mexicano.
La cinta es una metáfora sobre la vida y la amistad, a lo largo del desarrollo creemos que la protagonista es Sara, pero Juan será quién nos llevará durante la película, en la cual seremos testigos que siempre tendremos amigos, aquellos que consideramos amigos inseparables nos dejarán y tomarán caminos que no son como los nuestros y dejaremos de estar presentes en su vida.
No siempre lograremos poder defender a nuestros seres queridos y por más que no nos lo propongamos no podremos hacer nada por más que luchemos, conoceremos personas que pueden parecernos insignificantes, pero podrán ser nuestros más grandes y fieles amigos sin llegar a conocerlos del todo.
Es necesario disfrutar el momento con las personas que tenemos cerca, ya que el destino no es permanecer cerca de ellos, incluso jamás volver a encontrarlos, y no es que nuestros amigos dejen de serlo, sino que los intereses se pierden ya sea de una parte o de otra y por más que una de las partes quiera regresar el tiempo si la amistad esta en declive jamás regresará, sólo quedará en la memoria del que fue realmente amigo.
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